Devocional familiar

La gozosa responsabilidad de discipular a nuestros hijos

Los padres deseamos que muchas cosas se hagan realidad en la vida de nuestros hijos mientras crecen y maduran. Por ejemplo, queremos que nuestros hijos sean amorosos, respetuosos, cariñosos, productivos, motivados, fuertes, felices y mucho más. Todo esto es bueno, son metas que valen la pena y requieren cierta medida de nuestro tiempo mientras instruimos y entrenamos a nuestros hijos en dirección a estas metas. Pero, considere las siguientes palabras:

«No tengo mayor gozo que éste: oír que mis hijos andan en la verdad»

3 de Juan 1:4

Esta sencilla declaración puede servir para orientar toda la manera en la que criamos a nuestros hijos. Más que cualquier cosa, nuestros hijos necesitan conocer, abrazar y andar en la verdad: la verdad de Dios. La verdad revelada en Su Palabra tiene el poder para hacerlos sabios para salvación a través de la fe en Jesucristo. La verdad que dice que el gozo que satisface todo y que es eterno se encuentra solamente en Él. La verdad que dice que la fe salvadora será evidenciada por una vida que se somete al Salvador y que anda en Sus caminos. Esta meta y objetivo están reflejados en la declaración de la visión de Truth78: que las próximas generaciones conozcan, honren y atesoren a Dios, poniendo su esperanza en Cristo solamente, a fin de que puedan vivir como discípulos fieles para la gloria de Dios.

Si los padres estamos buscando esta visión que glorifica a Dios para la vida de nuestros hijos, tenemos que asegurarnos de priorizar cuidadosamente y maximizar su instrucción espiritual. Aunque existe un rol importante y ordenado por Dios para el cuerpo de Cristo (la iglesia) en cuanto a la instrucción bíblica, son los padres quienes tienen la responsabilidad principal y la mayor oportunidad de influenciar el desarrollo espiritual de sus hijos (vea Deuteronomio 6:4-9).

No creo que existe otro mandato en la sagrada Escritura que es más solemne que éste. Debemos enseñar a nuestros hijos la verdad de la Palabra de Dios, esto es una responsabilidad sagrada y santa que Dios ha dado a Su pueblo. Y no es algo que se debe hacer un día a la semana en la escuela dominical. No podemos abdicar la responsabilidad a la iglesia. De acuerdo a la Palabra, la responsabilidad principal de la educación de los hijos es de la familia, de los padres.1

R.C. SPROUL

Una cosa que a menudo es difícil para los padres en este sentido, es la presión de las demandas competitivas de tiempo y energía. Estas son preocupaciones válidas, pero considere por un momento las ideas del Pastor Chap Bettis:

«¿En dónde encaja el discipulado de mi hijo en relación a otras prioridades?». Nos rodean padres que hacen esfuerzos sobrehumanos por llegar a las prácticas de fútbol o de béisbol (¿estar a las cinco de la mañana en la cancha?). También nos encontramos con el progreso académico y las lecciones de música (¿dos instrumentos al mismo tiempo?). Podemos estar tentados a seguirlos. Si bien, podemos hablar «de dientes para afuera» acerca de discipular a nuestros hijos, la realidad llega cuando empezamos a priorizar las actividades.

El apóstol Juan expresó su corazón hacia sus hijos espirituales cuando escribió: «No tengo mayor gozo que éste: oír que mis hijos andan en la verdad» (3 de Juan 1:4). Aquí está el punto crucial del asunto. El primer campo de batalla en el discipulado familiar no es el corazón de mi hijo, es mi corazón. Cada padre tiene que decidir si está más preocupado porque su hijo sea aceptado en el cielo o sea aceptado en «Harvard». Todos tenemos nuestros deseos «Harvard», es decir, esos éxitos terrenales que deseamos para nuestros hijos, pero la pregunta permanece: ¿qué es más importante para mí? Cada padre tiene que completar la oración: «No tengo mayor gozo que...».

Tendría que enfatizar que el desafío de las prioridades no es, por lo general, lo bueno versus lo malo, sino lo bueno versus lo mejor. En base a una cantidad finita de tiempo, energía y dinero, ¿qué elegiría usted?2 

CHAP BETTIS

Pastor y autor de “The Disciple-Making Parent” («El padre discipulador» por su título en inglés)

Como padres, nuestra primera prioridad tiene que ser nuestro deseo por el desarrollo espiritual de nuestros hijos. Después, podemos ordenar nuestro tiempo y energías de acuerdo a ello. Una forma de hacerlo es estableciendo un tiempo de forma regular para la instrucción bíblica formal en el hogar, a través de devocionales familiares.

Fundamentos para el devocional familiar

En esencia, los devocionales familiares se tratan de simplemente apartar un tiempo en un horario designado en la vida familiar para expresar juntos la devoción a Dios. Además de la lectura, interacción, y la instrucción de las Escrituras, las familias generalmente incluyen un tiempo de oración, respuesta en alabanza (canto) y aplicación personal.

La filosofía de enseñanza y metodología de los recursos devocionales de Truth78

Creemos que hay una evolución importante involucrada en animar a nuestros hijos a una vida de fe en Cristo. Para decirlo brevemente: MENTE → CORAZÓN → VOLUNTAD. Primero, tenemos que presentar a los niños verdad bíblica para que sus mentes la absorban, la entiendan y reflexionen en ella. El conocimiento de Dios y Su Palabra es el primer paso esencial para la fe (Romanos 10:17). No puedes confiar, amar y actuar en base a lo que no conoces. Después, esa verdad tiene que ir más allá que un simple conocimiento. Tiene que alcanzar y transformar el corazón para que los niños en verdad abracen, atesoren y amen la verdad, específicamente amen a Dios a través de la fe en Cristo. Finalmente, este amor afectará la voluntad mientras ésta se somete a Cristo, produciendo decisiones, elecciones, palabras, acciones que son agradables a Dios.

Si bien tenemos que reconocer plenamente que sólo Dios puede producir esta transformación forjada por el Espíritu y dependiente de la gracia, creemos que es nuestra responsabilidad guiar, inspirar e implorar a nuestros hijos a responder de forma personal y sincera a la verdad de Dios en sus mentes, corazones y voluntad. Por lo tanto, nuestros recursos devocionales están diseñados para instruir la mente, involucrar el corazón e influenciar la voluntad.

Tips prácticos para los tiempos de devocional familiar

Para algunos, especialmente para quienes crecieron en ausencia de un tiempo devocional familiar, guiar un devocional en familia puede ser estresante o intimidante. Sin embargo, hay una gran variedad de cosas que usted puede hacer para crear un ambiente más favorable para su familia.

  • Establezca un tiempo regular y con horario (adecuado para los niños) para los devocionales.
  • Lleve un registro del tiempo, extienda el tiempo de atención de sus hijos, pero no los exaspere.
  • Es preferible (si es posible), que el padre sea quien guíe el tiempo devocional.
  • Elija un lugar específico en su casa, uno con las menos distracciones posibles (sin televisión, etc.).
  • Comience el tiempo devocional con oración.
  • Ponga todos y cada uno de los aparatos electrónicos (tabletas, teléfonos, etc.) fuera del alcance.
  • Termine el tiempo devocional con oración.
  • Para motivar la atención de los más pequeños, considere terminar su tiempo devocional con un bocadillo especial o un postre.

1. Tomado de: “The Most Solemn Mandate in the Bible for Parents”, ligonier.org.
2. Bettis, Chap. The Disciple-Making Parent: A Comprehensive Guidebook for Raising Your Children to Love and Follow Jesus Christ. (Cumberland, Rhode Island: Diamond Hill Publishing, 2016), 17.