Consejos para la memorización bíblica
De acuerdo a los psicólogos educativos, el mejor momento para estudiar, para la mayoría de las personas es en la mañana entre 7 y 9 a.m. Después de una noche de descanso y un buen desayuno, estamos mentalmente alertas y es más probable recordar lo que aprendemos. La mejor forma de memorizar es a través de la repetición. No hay otro sustituto para revisar un verso repetidamente. Sin embargo, existen técnicas específicas de memorización que pueden variar.
Un plan de memoria bíblica para las personas ocupadas
La siguiente estrategia de memoria bíblica se basa en el método del Dr. Andrew Davis, en su cuadernillo titulado «Un Método para la Memorización Duradera de la Escritura». Con este método, los Versículos Espada semanales pueden ser memorizados con facilidad y retenidos haciendo una inversión de entre 10 a 15 minutos cada semana. Si usted tiene unos pocos minutos de más, usted puede retener cientos de versículos memorizados previamente.
- DOMINGO: Lea el Versículo Espada de esta semana junto con los versículos que lo rodean para que lo pueda ver en contexto. Pida al Señor que lo ayude a memorizar este pasaje, aplicarlo a su vida y usarlo para bendecir a otros.
- LUNES: Lea el Versículo Espada de esta semana en voz alta 10 veces junto con la referencia. Cubra el pasaje e intente decirlo en voz alta con la referencia 10 veces más. Puede ver rápidamente el pasaje si lo necesita.
- MARTES: Cubra el Versículo Espada de esta semana e intente decir el versículo en voz alta con la referencia 10 veces más. Puede ver rápidamente el pasaje si lo necesita. Diga una vez y en voz alta cada Versículo Espada memorizado en semanas previas con las referencias.
- MIÉRCOLES A SÁBADO: Diga una vez y en voz alta el Versículo Espada de esta semana y cada pasaje memorizado en semanas previas con las referencias.
- REPASO: Repita los Versículos Espada memorizados al menos una vez diariamente por 50 días mínimo. Después, una vez cada semana o dos. Use la aplicación Versículos Espada para monitorear y saber cuáles versículos ya ha memorizado y recordar cuándo deben revisarse.
Ore diariamente pidiendo al Señor que le ayude a guardar Su Palabra en su corazón y pueda usarla para alimentar su alma y ministrar a otros. Aproveche la oportunidad de pasar tiempos de inactividad durante el día para recordar el Versículo Espada de esta semana.
Consejos para niños pequeños
- Decir la cita bíblica. Primero, pronuncie claramente la cita bíblica (libro, capítulo, versículo). La palabra «dirección» (es decir, donde “vive” el pasaje bíblico) es más fácil de entender para algunos niños que el término «cita bíblica».
- Repetir el pasaje en secciones. Diga el pasaje en varios «pedacitos» que forman una sección, repitiendo cada uno. Luego, repita las secciones.
- Repetir la cita bíblica nuevamente.
- Repetir el pasaje muchas veces más. Alargue las secciones cada vez que lo repita.
- Discutir el pasaje. Después de que el niño recuerde el pasaje (usualmente después de 3 o 4 repeticiones), es bueno analizarlo minuciosamente. Discuta el significado de palabras desconocidas. Repita el pasaje e intente ayudar al niño a descubrir cómo el pasaje se aplica a su vida.
Consejos para niños más grandes
- LEER el pasaje.
- ENTENDER el pasaje.
- Contexto: Busque el versículo en su contexto en la Biblia.
- Parafrasee: Pida al niño que diga o escriba el pasaje en sus propias palabras.
- La palabra más importante: Pida al niño que diga cuál es para él la palabra más importante del versículo y por qué. Después, usted haga lo mismo.
- Explique: Pida al niño que lea el pasaje en silencio y que explique lo que significa. Después, usted haga lo mismo.
- Aplique: Pida al niño que explique lo que piensa que un cristiano debe saber, sentir y hacer en respuesta a los versículos. Discuta cómo esto se aplica al niño personalmente.
- Ilustre: Pida al niño que ilustre el versículo haciendo un dibujo.
- Pantomima: Pida al niño que actúe el pasaje o la situación en la que lo aplicaría.
- APRENDER el pasaje. Saber el significado del pasaje y cómo aplicarlo, prepara al niño para memorizarlo. Existen muchas formas de memorizar una sección de las Escrituras.
- Lea el versículo completo muchas veces.
- Escriba el versículo en un cuaderno.
- Repita el versículo una sección a la vez. Repita una sección varias veces. Agregue otra sección hasta que pueda decir todo el versículo. Siempre repase el versículo antes de dormir.
- Cante una canción basada en el versículo a memorizar.
- Los juegos pueden ayudar:
- Agregue una palabra: El niño dice la primera palabra del versículo, después usted dice la siguiente, el niño dice la tercera palabra y así sucesivamente.
- Rompecabezas: Haga un rompecabezas y ponga cada palabra del pasaje en cada pieza. Mezcle las piezas y pida al niño que resuelva el rompecabezas.
- Borre una palabra: Escriba el pasaje en un pizarrón o papel y borre una palabra. Pida al niño que repita el pasaje. Continúe borrando y repitiendo hasta que no queden palabras y el niño haya dicho el pasaje de memoria.
- Mezcle las tarjetas: Escriba cada palabra del pasaje en cada tarjeta. Mezcle las tarjetas, colóquelas de frente sobre la mesa y pida al niño que ponga cada tarjeta en el orden correcto.
- Ponga el versículo en práctica.
- Pida al niño que escriba el versículo en un cuaderno junto con la fecha de ese día. Pídale que enumere y escriba algunas formas tangibles en las cuales él podría poner el versículo en práctica.
- Cada vez que él ponga el versículo en práctica, pídale que escriba un breve resumen acerca de ello, junto a la fecha. Esto le mostrará la bondad de Dios al ayudarnos a vivir de acuerdo a Su Palabra.
- Si el niño pierde la oportunidad de usar el pasaje, ayúdelo a ver cómo cada palabra memorizada hubiera podido ser aplicada en esa situación en particular.
- IMPLEMENTAR el pasaje. Una vez que el niño sabe lo que el pasaje significa, necesita aprender a ponerlo en práctica.
- RECOMPENSAR. Una vez que su hijo pueda decir el pasaje con confianza y explicar su significado, puede recibir una recompensa que anteriormente se haya acordado. Al principio, las recompensas deben ser pequeñas y fáciles de alcanzar para asegurar el éxito. Gradualmente, las recompensas deben ser más difíciles de lograr.
Cuando ayude a un niño a memorizar las Escrituras, evite la distracción o las actividades triviales. Por ejemplo, saber quién puede decir el versículo con la mayor cantidad de bombones en la boca, o saltando en un pie. Estas actividades trivializan la Palabra de Dios. También, interrumpen el proceso de aprendizaje. Es muy probable que el niño recuerde más la actividad que el versículo. Si la actividad no fortalece la conexión que los niños hacen con el pasaje, probablemente no debería usarse. Además, cuando estas actividades se planean, tienden a consumir tiempo y creatividad y es fácil perder el impulso y dejar de memorizar. Tener una rutina simple provee una mayor continuidad y también forma hábitos de memorización.