Como profesor, aprecio mucho cuando los alumnos vienen a la escuela dominical preparados en cuerpo y alma. Muchos padres ya hacen un gran trabajo en este sentido. Pero es increíble cómo las pequeñas cosas que se pasan por alto pueden causar grandes trastornos en el aula:
- un niño que necesita ir al baño durante la lección; un niño de 10 años demasiado cansado; un niño de seis años inquieto que ha tomado demasiado azúcar; un niño que está ansioso porque prepararse para la iglesia puso a toda la familia en vilo; etc.
Un poco de previsión y planificación servirá de mucho para la experiencia general de sus hijos en el aula.
Preparando el cuerpo
- Establezca una rutina de sábado por la noche para ayudar a sus hijos a preparar su ropa, Biblias y otras cosas. En la medida de lo posible, planifique su horario para que haya tiempo suficiente para una buena noche de sueño.
- Asegúrese de que sus hijos tomen un buen desayuno el domingo por la mañana (no los endulce). Un niño hambriento suele estar desatento y de mal humor, ¡y no lo culpo!
- Haga que sus hijos dejen todos los dispositivos electrónicos con usted o en el coche. Mejor aún, déjelos en casa. (Considere la posibilidad de hacer lo mismo con sus dispositivos: una especie de sábado tecnológico. Sus acciones suelen tener más influencia que sus palabras).
- Deje tiempo para que su hijo vaya al baño antes de la clase.
- Si la mañana es larga (servicio de adoración más escuela dominical), proporcione a sus hijos un bocadillo rápido o un trago de agua en el medio.
- Lleve a su hijo a la clase a tiempo.
- Y recuerde: Cuando deje a sus hijos en sus clases, asegúrese de transmitir un sentimiento de aprecio y agradecimiento a los voluntarios del aula. Sus hijos están observando y escuchando; usted está sirviendo de modelo para ellos al entrar en el aula.
Preparar el alma
Recuerde hacer continuamente lo siguiente a lo largo del año:
- Imprima en su hijo la inconmensurable importancia de recibir instrucción de la santa Palabra de Dios.
- Guíe, anime y desafíe a su hijo a responder correctamente a la instrucción que recibirá.
Aquí hay algunas sugerencias tangibles para hacer esto:
- Al comienzo de un nuevo año de escuela dominical, dedique tiempo a hablar sobre la importancia de conocer y comprender la Palabra de Dios: ¡la instrucción más importante de todas! Lea y hable de pasajes como estos 2 Timoteo 3:15-17; Juan 20:31; Salmo 19:7-11; Salmo 119:12-16.
- Tome un interés visible en la instrucción de la escuela dominical de su hijo. Dedique tiempo a repasar y discutir las lecciones. No se limite a recordar hechos y detalles. Fomente la aplicación personal: ¿Qué significa para su vida? ¿Cómo deberías responder a Dios? ¿Qué es lo que Él te llama a pensar, ser y hacer? Si usted se interesa profundamente por lo que se enseña, es más probable que su hijo también lo haga. (Truth78 proporciona páginas para llevar a casa para cada una de nuestras lecciones del plan de estudios para ayudarle a hacer esto).
- Utilice el tiempo de viaje a la iglesia como medio para crear una atmósfera espiritual. Por ejemplo: Oren juntos, reciten versículos bíblicos de memoria, canten canciones de adoración o escuchen un CD de adoración, etc.
- Ore con y por su hijo antes de la clase cada semana. Pida al Señor que le dé a su hijo una mente atenta, un corazón tierno y un espíritu sumiso hacia Dios y su Palabra. Ore para que el Espíritu Santo actúe para alimentar una fe genuina en Cristo y dar a su hijo un mayor amor por Cristo y un creciente deseo de seguir sus caminos.
- Hable con su hijo y ore con él respecto a tener un corazón humilde que mire las necesidades de los demás en el aula. (Ver Filipenses 2:3.) Anime a su hijo a ser una bendición en la forma en que habla y actúa con sus maestros y otros estudiantes.
No veo la hora de volver a entrar en el aula. Me encanta enseñar a la próxima generación "las obras gloriosas de Jehová, y su poderío, y las maravillas que ha hecho" (Salmo 78:4) - ¡especialmente las maravillas del evangelio de Jesús! Padres, ustedes juegan un papel vital en ayudar a los maestros a hacer esto al preparar a sus hijos para la escuela dominical.