Preparando a los niños para el Salón del Trono

Preparando a los niños para el Salón del Trono

Esta semana, tengo un reto para nosotros, mientras ministramos a niños y jóvenes en nuestras aulas, o mientras somos padres o abuelos. Miremos los rostros jóvenes a nuestro cuidado e imaginémoslos en medio de esta escena en el futuro:
Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante el trono, y se abrieron los libros. Luego se abrió otro libro, que es el libro de la vida. Y los muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito en los libros, según lo que habían hecho. Y el mar entregó a los muertos que estaban en él, la Muerte y el Hades entregaron a los muertos que estaban en ellos, y fueron juzgados, cada uno según lo que había hecho.
-Revelación 20:12-13
Deja que esto cale hondo. Haga una pausa y considere las implicaciones. Ahora, lea como el Pastor David Michael reflexiona sobre estas gloriosas y aleccionadoras realidades en su mensaje, "Que Bendigan Su Santo Nombre Para Siempre: Nuestra Esperanza Eterna para las Próximas Generaciones".
 
Cada rostro que usted vea en su salón de clases o en la mesa de su cocina verá al Señor, sentado en su trono, y estarán confesando a Jesús como Señor.
 
Estarán clamando a las montañas y a las rocas: "Caed sobre nosotros y escondednos de la faz del que está sentado en el trono, y de la ira del Cordero" (Apocalipsis 6:16).
 
O gritarán: "¡Aleluya! Porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina... Digno es el Cordero que fue inmolado... [para que nuestra] culpa sea quitada, y [nuestro] pecado expiado" (de Apocalipsis 19:6; Apocalipsis 5:12; e Isaías 6:7).
 
Mantener la sala del trono a la vista y el último día a la vista ha sido para mí una forma de mantener una perspectiva correcta en el ministerio con niños, jóvenes y familias. Esto refuerza el sentido de urgencia, la seriedad de nuestra tarea.
 
Mira a los rostros de los niños, o de cualquier persona, y recuerda que ese rostro estará un día en presencia de este Dios santo, elevado y sublime. Esa cabeza se inclinará, esas rodillas se doblarán, esa lengua confesará que Jesús es el Señor.
 
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, cuando ministramos a las próximas generaciones, estamos tratando con las verdades más pesadas del universo. Los estamos preparando para conocer al Rey de reyes y Señor de señores. Que esta realidad haga que nuestros corazones sean más diligentes, sinceros y orantes en nuestra tarea para que, por la gracia de Dios, los niños a nuestro cuidado lleguen a...
 
...conocer, honrar y atesorar a Dios, poniendo su esperanza sólo en Cristo, ¡para que vivan como fieles discípulos para la gloria de Dios!
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