¿Ha dicho o escuchado alguna vez este tipo de afirmaciones en el aula?
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Creemos en Jesús como nuestro Salvador.
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Jesús nos ha perdonado todos nuestros pecados.
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Amamos a Jesús y queremos hacer lo que Él manda.
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Cuando muramos, iremos al cielo y viviremos con Jesús para siempre.
Afirmaciones verdaderas, ¿verdad? Cada afirmación es gloriosamente verdadera para aquellos que han llegado a una genuina fe salvadora en Cristo, pero en la mayoría de las aulas, es muy probable que también haya niños incrédulos presentes. Si ese es el caso, usar este tipo de declaracion es inclusivas sería inapropiado y hasta peligroso.
Por lo tanto, tenga cuidado al utilizar el lenguaje inclusivo en el aula. En su lugar, matiza cuidadosamente tus afirmaciones. Por ejemplo, un profesor podría aclarar cada afirmación diciendo...
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Dios envió a Jesús al mundo para salvar a los pecadores como nosotros.
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Si pones tu confianza en Jesús, Él perdonará todos tus pecados.
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Si realmente amas a Jesús, deberías querer hacer lo que Él manda.
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Todos los que confían en Jesús irán al cielo y vivirán con Él para siempre.
Declaraciones como las anteriores ministran tanto a los incrédulos como a los creyentes. A los incrédulos se les recuerda y se les implora que acudan a Jesús como su única esperanza. A los creyentes se les recuerdan las promesas seguras de Dios que están confirmadas en Jesús y se les implora que vivan una vida que le agrade. En resumen: Siempre debemos tener en cuenta que probablemente estamos ministrando tanto a los perdidos como a los creyentes en nuestras aulas. Tenemos la tarea de evangelizar a los perdidos y discipular a los creyentes. En Truth78, nuestros recursos han sido cuidadosamente escritos para tener estas dos cosas en mente cuando se enseña la Biblia. Por ejemplo, el lenguaje sugerido que se utiliza en las lecciones y en las discusiones de aplicación en grupos pequeños tiene como objetivo guiar a los niños para que se arrepientan y confíen en Jesús como su Salvador y Señor y luego descansen en sus promesas seguras a medida que crecen progresivamente en la semejanza con Cristo.
Esta no es una tarea fácil para los maestros y voluntarios del ministerio. No es fácil discernir correctamente si un niño ha llegado a la verdadera fe salvadora. Nuestro llamado es enseñar fielmente Su Palabra a los perdidos y encontrados, y orar fervientemente para que nuestro Padre celestial cumpla Su perfecta voluntad en las vidas de nuestros estudiantes. Él conoce a sus ovejas y las llama. Ellas escuchan su voz y le siguen.